¿Por qué, para llegar al deseo que cumple el genio, tengo que atravesar “La Odisea” para conseguir la lámpara?
¿Cuáles serán los mares mentales que me lleven a dicho tesoro?
¿Y si algunos de esos cuentos, mitos o leyendas; cuevas, laberintos y templos; magos, hechiceros y genios; existen dentro mío, dentro tuyo? ¿Quién sabrá el fin de la inmortalidad?
Pero inmortales son, para mí, esos versos que en segundos mentales transforman barcos en alfombras voladoras, que navegan e ingresan en cuerpos-templos para esa bendita experiencia sánscrita de frotar la lámpara y hablar con tu genio.
¡Si él sabe, tú sabes! Si tú despiertas, yo despierto.
El genio ocurre o despierta cuando abres o frotas las puertas del saber interior, y donde esos pensamientos más sublimes toman forma y te revelan La Visión.
Después del éxtasis, escuchad atentamente lo que dice el genio, pues te ayudará a elegir sabiamente tú próximo deseo.
Eternos agradecimientos serán mis pensamientos para con ustedes.